Biometanol y biodesel tienen nueva oportunidad en México
Con la nueva ley en materia de biocombustibles, México aprovecharía excedentes agrícolas para hacer bioetanol y biodiesel, incluso beneficiaría a Petróleos Mexicanos.

El mercado mundial de biometanol y biodesel es de unos 141,000 millones de dólares (mdd), con un crecimiento promedio anual de 4.2%, segun datos de DataHorizzon Research, y ya que las importaciones de México suman un valor de 83.7 mdd de enero a abril de este año, el país tiene una gran oportunidad de hacer estos biocombustibles.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el etanol fue considerado en México como una alternativa de combustible para automóviles. Sin embargo, el auge de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante las décadas siguientes limitó su incorporación en el país, a pesar de los intentos esporádicos en años posteriores.
Con la reforma energética de 2024 y la promulgación de una nueva Ley de biocombustibles en marzo pasado, se abre una nueva oportunidad para que el país retome proyectos de biodesel y biometanol, lo que podría beneficiar significativamente a las finanzas de Pemex, de acuerdo con una publicación de Milenio.
La implementación exitosa de la Ley de biocombustibles dependerá en gran medida de la creación de un reglamento que promueva la inversión y el desarrollo sostenible en esta industria. Expertos y empresarios coinciden en que es crucial establecer incentivos que garanticen el retorno de la inversión, así como coordinar esfuerzos entre el gobierno y la Iniciativa Privada.
México enfrenta el reto de establecer mandatos obligatorios de mezcla de biocombustibles, aprovechar los excedentes de caña, sorgo y maíz, así como incentivar la inversión en tecnologías limpias y desarrollar la infraestructura de producción necesaria para hacer biometanol y biodesel.
Por ejemplo, el director general de los laboratorios para combustibles CIEFSA, Andrés Gutiérrez, indicó que la adaptación de estaciones de servicio para suministrar biodesel y biometanol requeriría una inversión de aproximadamente 400,000 pesos, siempre y cuando cumplan con los requerimientos actuales y sean relativamente nuevas.
No obstante, las inversiones aumentarían significativamente en el caso de estaciones más antiguas que necesitan reemplazar tanques y realizar adecuaciones adicionales. Estas consideraciones demuestran que, aunque la implementación de biocombustibles en el mercado mexicano es viable, también representa un desafío económico.