China aumenta sus exportaciones, pero no a EU

China está redirigiendo sus exportaciones hacia otros países, lo que está transformando las economías y la geopolítica global, a pesar de los aranceles de Estados Unidos.

Las fábricas de China han estado enviando una cantidad significativa de productos, incluidos juguetes, automóviles y zapatos, a otros países que no son Estados Unidos, desencadenando una transformación tanto en las economías como en la geopolítica global, pese o gracias a los aranceles impuestos por el gobierno de Donald Trump.


El superávit comercial de China con el mundo alcanzó casi 500,000 millones de dólares en lo que va de 2025, más del 40% en comparación con el mismo periodo de 2024. Este cambio, impulsado, entre otros factores, por el freno de la economía nacional, ha llevado al país a redirigir sus exportaciones hacia el Sudeste Asiático, América Latina y Europa.


El país, que ya había adoptado una política industrial interna en 2015 conocida como Hecho en China 2025, se ha embarcado en una estrategia para fabricar bienes de mayor valor y obra cualificada. Esta nueva fase ha dominado el escenario internacional, generando impactos profundos en las cadenas de suministro globales y desencadenando diversas reacciones en los países afectados.


Algunos intentan renegociar aranceles más bajos, mientras que otros enfrentan una competencia desigual con las empresas chinas, lo que, en muchos casos, conlleva a la pérdida de empleos y cierres de empresas locales, generando un impacto negativo en sus economías.


La actual situación presenta un desafío económico global, donde las decisiones proteccionistas y comerciales se vuelven cruciales en un contexto de reconfiguración de las relaciones comerciales internacionales. La transformación en los flujos de exportación de China ha desatado un debate acalorado sobre el futuro del comercio internacional.


China no se desarrolla como sugiere la teoría económica, y ahora nos enfrentamos a un nuevo modelo, dijo Priyanka Kishore, economista de Singapur, en referencia a la trayectoria tradicional de las economías que se alejan de la manufactura de gama baja a medida que se vuelven más maduras y desarrolladas. “Esto supone un reto porque exacerba las presiones sobre el resto del mundo”, dijo al New York Times.

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