Transporte de carga, camino hacia la logística verde
El transporte de carga en México busca una transición hacia la logística verde, utilizando nuevas tecnologías y combustibles alternativos para reducir su impacto ambiental y contribuir a la sostenibilidad energética.

El panorama energético global se encuentra en un punto de inflexión, donde la transición hacia fuentes renovables cobra relevancia crucial para mitigar el impacto ambiental. En México, este cambio se traduce en un desafío y una oportunidad para la industria del transporte de carga, la cual juega un papel fundamental en la construcción de una logística más eficiente y sostenible.
El transporte de carga representa 29% del total de emisiones de GEI en México. Esta realidad exige un enfoque integral hacia la logística verde, que permita reducir la huella ambiental del sector sin comprometer la satisfacción del cliente. En este contexto, diversas empresas se posicionan como actores clave en esta transformación, adaptándose a las nuevas tecnologías y prácticas para contribuir a un futuro más limpio y sostenible.
La logística verde se erige como una tendencia clave para mitigar el impacto negativo del transporte sobre el medio ambiente. Esta filosofía empresarial busca minimizar el impacto ambiental de la red logística sin afectar la satisfacción del cliente, a través de la incorporación de soluciones sostenibles que aprovechen la analítica avanzada, la Inteligencia Artificial y motores más amigables con el entorno.
El mercado del transporte de carga en México exhibe un dinamismo considerable. En 2024, se estimó en 136,000 millones de dólares (mdd), impulsado por la expansión del comercio y la infraestructura logística del país. Para 2029, se prevé que este valor alcance los 171,000 mdd, subrayando la relevancia del sector en la economía mexicana y el rol estratégico de la logística verde para lograr una conectividad regional más sustentable.
Al reducir el consumo de combustible y optimizar las rutas, se obtienen ahorros en costos operativos, lo que aumenta la eficiencia y rentabilidad del sector. Además, el uso de vehículos híbridos o eléctricos, junto con el mantenimiento preventivo, contribuyen a reducir las emisiones, respondiendo a la creciente demanda de productos y servicios sostenibles por parte de los consumidores.
La tecnología juega un papel fundamental en este proceso. La telemática e Internet de las Cosas (IoT) permiten monitorear las flotas de vehículos en tiempo real, optimizando las rutas y reduciendo el consumo de combustible. Esta eficiencia se traduce en una menor huella de carbono, una mejor experiencia para el cliente y un compromiso con el cuidado del medio ambiente.
La transformación del sector hacia prácticas más sostenibles exige un compromiso compartido entre empresas, gobiernos e individuos. Las políticas públicas que fomenten la inversión en tecnologías limpias y la innovación en el sector son cruciales para acelerar este proceso. A su vez, las empresas deben integrar la sostenibilidad como parte integral de su modelo de negocio, adoptando prácticas responsables que minimicen su impacto ambiental.