Eólica terrestre, puente en independencia energética de Europa

La Unión Europea impulsa la expansión de la energía eólica terrestre para alcanzar la independencia energética mediante la inversión en innovación y robótica.

La búsqueda de una independencia energética y el impulso hacia un futuro sostenible están impulsando una transformación significativa en el panorama energético de Europa. La energía eólica, otrora considerada solo como una alternativa ecológica, se consolida como una herramienta fundamental para lograr estos objetivos.


La Unión Europea ha puesto su mirada en la expansión masiva de la capacidad de energía eólica terrestre, con el objetivo de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y fortalecer la seguridad energética del continente; pero este plan enfrenta un desafío crucial: aumentar la producción de manera ambiental y económicamente viable.


El parque eólico Kriegers Flak, ubicado en el Mar Báltico, emerge como un ejemplo emblemático de este nuevo enfoque. No solo es el mayor parque eólico terrestre de Dinamarca, también actúa como puente energético entre Dinamarca y Alemania, contribuyendo a equilibrar los precios de la electricidad y a fortalecer la seguridad energética de ambos países.


Giles Dixon, director general de WindEurope, una organización que agrupa a más de 600 empresas del sector eólico, resalta la importancia de este desarrollo: Europa necesita más energía renovable propia. Esta es la base de la seguridad energética, económica y nacional.


La capacidad eólica marina de la UE ronda actualmente los 20 GW, pero para 2050 se planea alcanzar los 360 GW. Esta ambiciosa meta exige el apoyo político y la rápida implementación de innovaciones, siendo la robótica una pieza clave en este proceso.


El papel de la robótica en la eólica del Viejo Continente

En el puerto danés de Esbjerg, se vislumbra el futuro del sector eólico. La empresa sueca Vattenfall controla a distancia más de 1,200 turbinas en cuatro países, y los algoritmos están tomando un papel cada vez más importante en la automatización del proceso.


Además, la logística también presenta desafíos importantes en la construcción de parques eólicos terrestres, lo que exige la expansión de puertos como el de Esbjerg. Y el mantenimiento de las turbinas marinas implica riesgos climáticos, niebla salina y costos elevados que representar hasta un tercio del costo total de producción de energía.


Para abordar estos desafíos, la industria está adoptando la robótica como una herramienta fundamental. La empresa letona Aerones ha desarrollado robots capaces de inspeccionar y reparar álabes de turbinas de manera más segura y eficiente que los humanos.


"Nuestros robots trabajan más rápido que los humanos y reducen significativamente el tiempo de inactividad de las turbinas", afirma Dainis Kruse, director general de Aerones. Estos dispositivos pueden trepar rápidamente por las turbinas, moler, pintar e inspeccionar las palas en busca de daños, contribuyendo a la reducción de costos y riesgos.


La industria europea de la energía eólica está experimentando un crecimiento acelerado, con más de 2,030 empleos. Este desarrollo también impulsa el crecimiento económico a través de las inversiones locales, la construcción de infraestructura energética y el desarrollo de tecnologías innovadoras.


De aquí a 2030, la energía eólica europea podría emplear a más de 900 personas y contribuir con más de 100 millones de euros al PIB de la UE. Este impacto positivo en la economía se suma a los beneficios ambientales que ofrece, posicionándola como una solución clave para un futuro energético sostenible.

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