¿Qué tan seguras son tus contraseñas?
Las contraseñas débiles son un problema global, ya que los usuarios siguen usando combinaciones fáciles de adivinar. Es crucial utilizar contraseñas seguras y robustas.

El Día Mundial de la Contraseña, cada 2 de mayo, nos recuerda la importancia crucial que tienen las contraseñas en nuestra vida digital. Son la primera línea de defensa de nuestra identidad, protegiendo información personal y financiera en el ámbito tanto personal como profesional. Sin embargo, a pesar de esta importancia, muchos usuarios siguen utilizando contraseñas débiles y fáciles de robar.
Las tres contraseñas más utilizadas en el mundo son ‘123456’, ‘123456789’ y ‘12345678’, según datos recopilados por NordPass, empresa especializada en la gestión de contraseñas. Esta lista incluye también credenciales como ‘pasword’, ‘qwerty123’, ‘qwerty1’ o ‘secret’, todas ellas altamente vulnerables a los ciberataques.
Este patrón se repite en diversos países, incluyendo España, Alemania, Francia, China, Taiwan y Arabia Saudí. En Estados Unidos, aunque la contraseña ‘123456’ no es la más común, la también vulnerable ‘secret’ ocupa el segundo lugar.
La debilidad de las contraseñas está detrás de casi la mitad de los ciberataques que se producen, tanto a nivel personal como empresarial. Los ciberdelincuentes aprovechan estas debilidades para acceder a información confidencial, suplantar identidades y cometer fraudes.
Las contraseñas almacenan datos personales y financieros sensibles, como correos electrónicos, conversaciones privadas, fotos, vídeos o contactos. Por lo tanto, es fundamental utilizar contraseñas robustas para proteger nuestra información y garantizar nuestra seguridad.
Expertos en ciberseguridad recomiendan seguir ciertas pautas para crear contraseñas seguras:
- Elegir contraseñas largas, con al menos 14 caracteres.
- Utilizar mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales (@, #, ¡ o *).
- Evitar incluir información personal (nombres, cumpleaños o números de teléfono).
- No utilizar palabras comunes de ningún idioma ni secuencias del teclado.
Además, se sugiere emplear un gestor de contraseñas para almacenar las credenciales de forma segura bajo una sola contraseña maestra. Combinar la contraseña con un doble factor de autenticación, como el reconocimiento facial o un código de verificación, proporciona una capa adicional de seguridad.
La Inteligencia Artificial (IA) se está utilizando tanto para proteger como para atacar sistemas. Es importante estar al tanto de estas nuevas amenazas y adaptar nuestras estrategias de seguridad para contrarrestarlas.
Crear en contraseñas robustas es una inversión en nuestra seguridad, privacidad y tranquilidad en el mundo digital.