AESIA inspeccionará prácticas prohibidas relacionadas con la IA

La Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial comenzará a operar en 2025 solo con 80 empleados para regular prácticas de la IA.

En 2025 será el inicio oficial de operaciones de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA), que inspeccionará prácticas prohibidas de IA a partir del 2 de febrero de 2025 y el 2 de agosto asumirá la plena potestad sancionadora y otras competencias de gobernanza. 


Este organismo tendrá sede en La Coruña y hasta que cuente con un presupuesto propio, seguirá financiándose con los recursos del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, por lo que el próximo año contará solo con 80 empleados.



El nacimiento de la AESIA

La creación de la AESIA responde a la necesidad de regular el uso de la IA en áreas como el trabajo, la salud mental y la posible discriminación. De acuerdo con autoridades de La Coruña, su actuación se basará en el cumplimiento de la normativa comunitaria, específicamente en la Ley de la IA de la Unión Europea, enfocándose en los sistemas de IA de alto riesgo y en garantizar la transparencia de los sistemas de riesgo mínimo.


Además, la agencia estará adscrita a la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA), con el objetivo de alinear los algoritmos a las exigencias del Reglamento Comunitario de Servicios Digitales.


Si bien la agencia tiene la intención de desempeñar un papel crucial en la supervisión y regulación de la IA en España, es necesario preguntarse cuál será su verdadero impacto en un entorno donde la innovación y el desarrollo tecnológico están en constante evolución.



La dualidad en la regulación de la IA

La orientación reguladora que está tomando la AESIA refleja una tendencia más amplia de la UE hacia una regulación más estricta de la IA. Esto ha generado preocupaciones sobre la creación de dos tipos de IA a nivel global: una versión regulada y limitada para cumplir con las normativas europeas, y otra, sin restricciones, disponible para el resto del mundo.


Esta dicotomía plantea desafíos para las empresas europeas, que podrían verse en desventaja competitiva frente a sus contrapartes en otras regiones. Un ejemplo de esto es el retraso en la llegada de plataformas de IA, como Apple Intelligence, a la UE debido a las exigencias regulatorias, lo que expone las tensiones entre la regulación y la innovación en el ámbito tecnológico.

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