Lecciones para México del reglamento en IA aprobado en Europa

El 13 de junio pasado, el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea (UE)

aprobaron un reglamento pionero en el mundo, que establece normas estandarizadas en materia de Inteligencia Artificial (IA).

Este reglamento marca un hito, ya que establece un marco jurídico armonizado para el desarrollo, la comercialización y el uso de sistemas de IA en la UE, con el objetivo de fomentar una IA centrada en el ser humano, confiable y que proteja la salud, la seguridad y los derechos fundamentales de las personas.

Lo más relevante es que esta normativa es aplicable a todos los proveedores y responsables del despliegue de sistemas de IA, ya sean de dentro o fuera de la Unión Europea, siempre y cuando los resultados de esos sistemas estén destinados a utilizarse en la UE.

Lecciones para México

Este reglamento de IA de la UE sirve como un ejemplo a seguir para las autoridades legislativas de México. Es una muestra de cómo se pueden crear normativas que, al mismo tiempo que garantizan seguridad, protegen los derechos fundamentales de las personas.

Esta lección es vital para los legisladores, quienes deben aprender a legislar más allá de lo cotidiano y tener una visión a largo plazo. La creación de una legislación en materia de IA en México se vuelve una tarea apremiante, para estar a la altura de los desafíos que presenta esta tecnología en constante evolución.

Sobre todo, considerando que una parte fundamental de esta nueva regulación es la identificación y regulación de los sistemas de IA considerados de alto riesgo. Se establecen requisitos específicos para garantizar un alto nivel de protección de la salud, seguridad y derechos fundamentales.

Además, se imponen obligaciones de transparencia a ciertos sistemas de IA, con el fin de asegurar que los usuarios sean conscientes de cuándo están interactuando con un sistema de IA y comprendan sus capacidades y limitaciones.

Supervisión y cumplimiento

El cumplimiento de esta normativa requiere un esfuerzo concertado. Por ello, el reglamento establece la creación de autoridades nacionales y un Consejo Europeo de Inteligencia Artificial, que se encargarán de supervisar su observancia y apoyar la implementación de medidas de alfabetización en materia de IA.

Asimismo, se prevén evaluaciones de impacto relativas a los derechos fundamentales para ciertos usos de la IA, así como la obtención de autorizaciones específicas para el uso de sistemas de identificación biométrica remota en tiempo real. Esta supervisión es esencial para garantizar que la implementación de la IA se realice de manera ética y respetuosa con los derechos humanos.

El reglamento también considera fundamental apoyar la innovación y permite ajustes y actualizaciones para adaptarse a los rápidos avances tecnológicos en el ámbito de la IA. Esta flexibilidad es crucial para asegurar que la normativa permanezca relevante y efectiva en un entorno tecnológico en constante evolución.