Educación e inversión, claves para el desarrollo tecnológico e innovación
El entorno global, incluyendo educación, finanzas y demanda, es crucial para la capacidad innovadora de una empresa o región. La inversión en capital humano y acceso a financiación son clave para el éxito.

El entorno global juega un papel crucial en la capacidad tecnológica de una empresa o región; abarca diversos aspectos, entre los que se encuentran el sistema educativo, la calidad del capital humano, el sistema financiero, el nivel de exigencia de los consumidores y la cultura.
El capital humano, estrechamente ligado al sistema educativo y su adaptación al sistema productivo, es un factor fundamental para la capacidad innovadora de una región. El nivel de actividad innovadora que desarrolla una economía depende, en última instancia, del número de personas cualificadas disponibles para dedicarse a la producción de nuevas tecnologías.
La educación actúa como un mecanismo clave para la transferencia tecnológica y tiene una influencia decisiva en las cualidades del capital humano. La innovación se basa en la acumulación de conocimientos tácitos incorporados en las personas, conocimientos que son difíciles de codificar. En consecuencia, si no existe una oferta suficiente de investigadores e ingenieros bien cualificados, será difícil atraer actividades innovadoras. Por lo tanto, es necesario promover su formación.
La educación como forma de creación de competencias no se limita a las escuelas y universidades, también incluye la formación de los empleados dentro de las empresas, mediante cursos específicos y a través de la acumulación de experiencias. Una interacción eficaz entre los elementos del sistema nacional y regional de innovación implica una integración entre la ciencia, las instituciones de enseñanza superior y la industria.
Otro aspecto considerado parte del entorno del sistema de innovación es el sistema financiero. La capacidad de innovación de un país o región depende en gran medida de la financiación de la innovación. La carencia de recursos financieros representa el obstáculo más citado por las empresas, independientemente de su tamaño, en todos los países europeos y prácticamente en todos los sectores.
Los riesgos, los altos costos y la difícil apropiabilidad de los resultados relacionados con las actividades innovadoras convierten su financiación en un problema relevante. En muchos casos, un proyecto fallido puede poner en peligro la supervivencia de una empresa. El sistema financiero estadounidense parece ofrecer un entorno con mayor accesibilidad al capital riesgo que en los países europeos, donde las entidades financieras son más conservadoras y exigen mayor seguridad a largo plazo.
La estructura de la propiedad de las empresas también influye en el sistema financiero. En países como Alemania y Suiza, las grandes empresas suelen estar en propiedad de bancos y fondos de pensiones que buscan beneficios a largo plazo, apostando por sectores maduros donde el desarrollo se basa en una innovación permanente y de carácter incremental, aceptando una esperanza de rentabilidad menor.
En Estados Unidos, las empresas son propiedad de inversores privados y existe abundante capital de riesgo. Estos inversores exigen beneficios altos y a corto plazo, apostando más por sectores nuevos como la biotecnología.
Finalmente, en los mercados interiores de bienes y servicios, la demanda puede ejercer un efecto dinamizador sobre el sistema de innovación. Sus exigencias influyen directamente en el comportamiento innovador de las empresas.
La demanda de los consumidores puede ser sofisticada, exigiendo productos de alto nivel tecnológico. Por otro lado, la demanda pública también se ha utilizado como instrumento para promover la innovación en las empresas, impulsando el desarrollo de nuevas tecnologías y soluciones que respondan a las necesidades sociales.
En conclusión, la innovación es un proceso complejo que requiere la interacción de diversos factores. Desde la formación cualificada del capital humano hasta el apoyo financiero adecuado, pasando por una demanda sofisticada que impulsa el desarrollo de nuevas tecnologías, todos estos elementos juegan un papel crucial en el éxito de la innovación.