T-MEC, oportunidad para los minerales críticos
México tiene la oportunidad de ser un socio estratégico en América del Norte para minerales críticos, aprovechando su capacidad productiva y renegociando el T-MEC para promover la inversión en este sector.

La integración de América del Norte se ha convertido en un proceso irreversible, impulsado por razones económicas, geográficas y sociales que trascienden los vaivenes políticos. En este nuevo escenario global, la seguridad económica, la transición energética, la alta tecnología y la reconfiguración global de las cadenas de suministro dependen crucialmente del abasto de minerales.
México juega un papel fundamental en este contexto. Conocido como uno de los principales proveedores de minerales a nivel mundial, el país se destaca en la producción de plata, cobre, zinc, plomo, oro y grafito, entre otros. Esta riqueza mineral es esencial para más de 70 industrias mexicanas, desde la construcción y la química hasta la eléctrica y la petrolera, fortaleciendo así la soberanía económica del país y permitiendo la innovación en sectores estratégicos.
La producción minera mexicana no solo abastece al mercado interno, sino que también juega un papel crucial en las cadenas de valor de América del Norte. Más del 80% de las exportaciones de minerales y metales de México tienen como destino Estados Unidos, un socio que a su vez importa la mayoría de sus minerales considerados críticos desde China. Esta interconexión regional resalta la importancia de fortalecer la cooperación minera entre los países.
Para consolidar esta posición estratégica, México necesita una visión de largo plazo que alinee su política pública con su potencial minero. Un marco regulatorio que promueva la inversión privada en todas las etapas del proceso minero, desde la exploración hasta la refinación, es fundamental para el desarrollo sostenible de este sector, como menciona Armando Ortega, presidente del Comité Bilateral México Canadá del COMCE, en un espacio en Expansión.
Uno de los principales desafíos actuales es la caída sostenida de la inversión en exploración minera. Desde la reforma fiscal de 2014, esta inversión esencial ha disminuido más del 30%, poniendo en riesgo la reposición de reservas minerales y limitando la identificación de nuevos yacimientos.
Reactivar la exploración mediante incentivos claros, esquemas de inversión para particulares que compartan información con el Servicio Geológico Mexicano y fortalecer la cooperación con instituciones internacionales como la USGS y el GSC es crucial para asegurar el futuro minero del país. La colaboración con las cámaras mineras también juega un papel fundamental en este proceso.
La renegociación inminente del T-MEC ofrece una oportunidad única para establecer un capítulo específico sobre minerales críticos, su financiamiento y refinación en Norteamérica. Esta iniciativa brindaría certeza a largo plazo a los inversionistas y generaría una plataforma de intereses comunes en la región, incluyendo la seguridad nacional.
México tiene el potencial para convertirse en el socio confiable que América del Norte busca en materia de minerales esenciales para la transición energética y la alta tecnología. La minería responsable y moderna está lista para contribuir a este esfuerzo, con una estrategia que potencie el liderazgo mexicano como productor y refinador.