Trasmisión eléctrica avanza lento en México; seguirán apagones

La lenta expansión de líneas de transmisión eléctrica por parte de la Comisión Federal de Electricidad pone en riesgo a diversas regiones de México con nuevos apagones, sobre todo en la temporada de verano, cuando hacen un mayor uso de diversos aparatos.

La Comisión Federal de Electricidad (CFE) enfrenta desafíos significativos en el desarrollo de su infraestructura de transmisión eléctrica, lo que plantea riesgos serios de apagones en los próximos meses y años. Un análisis realizado por Monitor Energético revela que a pesar del monopolio que la CFE ejerce en este sector, los avances han sido mínimos, generando una preocupante situación para el suministro eléctrico del país.


Las cifras proporcionadas muestran que al cierre de 2024, se registraron un total de 111,138 kilómetros de líneas de transmisión, lo que representa un avance apenas del 2.9% respecto a los 108,000 kilómetros reportados al final de 2018. Este ritmo de crecimiento es el más bajo en los últimos sexenios, incluso en comparación con la administración de Enrique Peña Nieto, donde las líneas se extendieron en 112%.


Este avance lento en la expansión de la infraestructura de transmisión eléctrica contrasta con el crecimiento constante de la demanda energética, que se sitúa en un ritmo anual del 3%. El desfase entre la capacidad de transmisión y la creciente demanda pone en jaque al país, incluso ante los esfuerzos por incorporar energías renovables a través de plantas eólicas y solares.


El Plan Nacional de Energía, con proyecciones hasta 2030, refleja una clara prioridad hacia la generación eléctrica. Las inversiones previstas ascienden a 12,300 millones de dólares (mdd) para este sector, mientras que solo se destinan 7,500 mdd a la transmisión. Este desequilibrio en las inversiones podría profundizar el problema de capacidad de transmisión y aumentar la vulnerabilidad ante posibles apagones.


José Ángel Vela, director de Monitor Energético, advierte que los avances lentos en las líneas de transmisión han puesto en jaque al país. La situación se complica aún más por el hecho de que las empresas privadas están impedidas de invertir en este sector debido a la regulación constitucional vigente. Esta limitación impide una mayor participación y aceleración en el desarrollo de la infraestructura eléctrica.


Sin una transformación significativa en la política energética, los riesgos de apagones se mantendrán latentes en los próximos años. La creciente demanda eléctrica, sumada a la lentitud en el desarrollo de la infraestructura de transmisión, podrían derivar en consecuencias negativas para la economía y la vida cotidiana de los ciudadanos. Sonora, Tabasco, Yucatán, Nuevo Leó y Sinaloa serían los estados más afectados con apagones en el verano.

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