4 estrategias para mantener el enfoque ESG en tiempos de cambio
Para mantener el enfoque ESG en tiempos de cambio, las empresas deben replantear sus valores, mantenerse firmes ante presiones externas, ampliar su visión y colaborar con otros actores del sector.

En el panorama empresarial actual, marcado por la volatilidad política y económica, mantener el enfoque ESG (ambiental, social y de gobernanza) se ha convertido en un desafío crucial. A pesar de los retrocesos regulatorios y la creciente polarización en la narrativa pública, las empresas con visión a largo plazo deben continuar priorizando la sostenibilidad como pilar estratégico.
En contextos de alta incertidumbre, es fundamental regresar a los valores corporativos que dieron forma al enfoque ESG. Estos valores, generalmente alineados con los intereses de inversionistas, clientes, empleados y la marca en su conjunto, deben ser revisados críticamente para asegurar su pertinencia y defensibilidad en el entorno actual. La revisión debe abordar si estos valores siguen representando la identidad y la dirección de la empresa, así como su resistencia a las presiones del escrutinio público actual.
Una de las amenazas más significativas para el enfoque ESG radica en la presión política o mediática que puede llevar a la concesión de iniciativas cruciales como la diversidad e inclusión (DEI). Abandonar estas iniciativas por temor a controversias solo debilita el compromiso ético de la organización. Adoptar una postura firme, coherente con los valores promovidos, no es un acto de confrontación, sino una demostración de principios y lealtad a la visión a largo plazo.
Es importante recordar que muchas críticas actuales hacia el enfoque ESG se basan en falacias. Por ejemplo, la inclusión no se opone al mérito, sino que busca representar de manera justa a las comunidades que la empresa atiende. Defender estas ideas es esencial para mantener el enfoque ESG vivo y vigente en un entorno complejo.
Aunque en ciertos contextos pueda parecer que la sostenibilidad ha perdido terreno, un análisis global revela avances importantes en este ámbito. La Unión Europea, por ejemplo, propone simplificaciones regulatorias que priorizan la innovación sin comprometer el objetivo final de la sostenibilidad. Mantener el enfoque ESG requiere mirar más allá del entorno inmediato y reconocer que, mientras en algunos países se politizan temas como el cambio climático o la equidad, en otros se consolidan políticas fiscales como los impuestos al carbono, que pronto impactarán más del 65% del comercio mundial.
Estos avances demuestran que el movimiento ESG no está en retroceso, sino en transformación. Ver el panorama completo permite recuperar la motivación y recordar que, a pesar de la resistencia, el cambio hacia una economía más justa y responsable sigue en marcha. La clave reside en entender que el enfoque ESG es un proceso dinámico en constante evolución.
Enfoque ESG, más necesario que nunca
Ningún profesional del área de sostenibilidad puede mantener el enfoque ESG de forma aislada. La colaboración con pares, asociaciones y aliados estratégicos es vital para compartir aprendizajes, visibilizar logros y resistir los embates emocionales del entorno. Construir redes de apoyo permite mantener el impulso incluso cuando el contexto político o social no acompaña. Compartir experiencias y reconocer avances colectivos fortalece la determinación de quienes trabajan por un mundo más equitativo y resiliente.
Además, muchas organizaciones continúan liderando con valentía, alzando la voz por el clima y la equidad, a pesar del riesgo reputacional. Inspirarse en estos referentes puede ser justo lo que se necesita para seguir adelante y mantener el enfoque ESG como brújula en medio del caos. La colaboración fomenta el aprendizaje continuo y permite abordar los desafíos de manera más efectiva.
En tiempos de cambio e incertidumbre, mantener el enfoque ESG no solo es posible, sino más necesario que nunca. Replantear valores, tomar posturas firmes, ampliar la mirada y colaborar con otros líderes del sector son estrategias que refuerzan la integridad del compromiso empresarial. El contexto puede cambiar, pero los principios que dan sentido a nuestras acciones deben permanecer sólidos.
Es importante recordar que para mantener el enfoque ESG en tiempos de cambio, no basta con tener buenas intenciones: es indispensable contar con indicadores que reflejen el impacto real y no solo el cumplimiento normativo. En momentos de incertidumbre, los sistemas de medición deben adaptarse para ofrecer una lectura más precisa del valor que se está generando. Muchas empresas siguen utilizando métricas tradicionales que, si bien son necesarias, no capturan la complejidad de los impactos sociales y ambientales. Es momento de repensar qué indicadores permiten evaluar mejor la resiliencia, la inclusión y la innovación, pilares clave del enfoque ESG en contextos cambiantes.
Los stakeholders —desde inversionistas hasta colaboradores— exigen cada vez más datos transparentes y útiles para la toma de decisiones. Ajustar nuestras métricas, alinearlas con los marcos internacionales más sólidos y comunicar resultados con honestidad refuerza la credibilidad del enfoque ESG y lo proyecta como una herramienta de transformación, no solo de cumplimiento.