Transporte intermodal en México: hacia un futuro logístico próspero
El transporte intermodal en México presenta desafíos estructurales pero también oportunidades para convertir al país en un hub logístico clave a nivel global.

Si bien la inseguridad vial y la saturación de infraestructura son obstáculos persistentes, el reacomodo global de cadenas de suministro y el impulso del nearshoring brindan a México una plataforma única para consolidarse como un hub logístico de importancia mundial, en donde el transporte intermodal tiene un papel clave.
Durante la presentación del informe sobre robos al transporte de carga en México, Diego Anchustegui, presidente de la Asociación Mexicana del Transporte Intermodal (AMTI), subrayó que, a pesar de las ventajas significativas que ofrece el transporte intermodal en términos de capacidad, seguridad y sostenibilidad ambiental, su desarrollo pleno se ve obstaculizado por problemas estructurales:
- Inseguridad en carreteras y vías férreas: el robo al transporte de carga sigue siendo una amenaza constante, aunque el intermodal presente una menor incidencia (0.5% en ciertas rutas), los trenes tampoco están exentos de ataques del crimen organizado.
- Déficit de operadores: México enfrenta una escasez aproximada de 50,000 conductores, lo que limita la capacidad operativa de las flotas y deja miles de camiones inactivos.
- Infraestructura insuficiente y saturada: puertos clave como Manzanillo y Lázaro Cárdenas operan al límite de su capacidad, exacerbado por procesos aduanales lentos y carreteras deterioradas que provocan retrasos.
- Flota de autotransporte envejecida: con una antigüedad promedio de 20 años, los camiones elevan los riesgos de seguridad, incrementan los costos operativos y contribuyen a la contaminación.
- Procesos regulatorios complejos: la falta de agilidad en las aduanas y una coordinación institucional deficiente menoscaban la competitividad de México frente a otros centros logísticos globales.
Anchustegui, también Chief Marketing Officer de la empresa de transportes EASO, advirtió que estos factores restringen la capacidad de México para capitalizar plenamente el reacomodo de las cadenas de suministro globales y el creciente interés en el nearshoring. Y destacó que cada desafío presenta una oportunidad para el sector intermodal:
- Tecnología como aliado: la implementación de GPS, cámaras inteligentes y análisis de datos puede reforzar la seguridad y optimizar la eficiencia operativa.
- Capital Humano: programas enfocados en mejorar la calidad de vida de los operadores y la inclusión de mujeres en la industria pueden aliviar el déficit de talento; esto requiere capacitación y un cambio cultural e infraestructura adecuada, como paradores seguros y sanitarios.
- Inversión en infraestructura: proyectos como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) y la ampliación de puertos estratégicos, como Manzanillo, que busca pasar de 4 a 15 millones de TEUs anuales, prometen diversificar rutas y expandir capacidades.
- Beneficios inherentes del intermodal: este modelo ofrece mayor seguridad en comparación con el autotransporte, ahorros del 25 al 30% en trayectos superiores a 500 km y una reducción de hasta el 75% en emisiones contaminantes. Estos beneficios contribuyen a descongestionar carreteras, disminuir accidentes y acortar tiempos de traslado.
- Integración regional: el crecimiento de rutas domésticas, como la México-Guadalajara o Chihuahua-Monterrey, y transfronterizas hacia Estados Unidos y Canadá fortalece la integración de Norteamérica como un bloque comercial.
- Seguridad sostenible: la búsqueda constante de una seguridad sostenible será crucial para el éxito del transporte intermodal en México, asegurando la protección de las mercancías y los operadores, además del cuidado del medio ambiente a través de prácticas más limpias y eficientes.