¿ Agotamiento económico ruso? Crecimiento se estanca bajo sanciones
A pesar del crecimiento inicial impulsado por la guerra, la economía rusa muestra signos de agotamiento debido a las sanciones, el alto tipo de interés y la caída en sectores clave.

La economía rusa, impulsada por la transición a una economía de guerra, exhibe signos de agotamiento. Si bien en el pasado ha demostrado resistencia a las sanciones occidentales con tasas de crecimiento que superan 4%, las proyecciones apuntan a un futuro incierto. El Instituto Kiel para la Economía Mundial prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) de Rusia aumentará solo 1.5% en el presente año y 0.8% en 2026. Este escenario se debe, en parte, a las elevadas tasas de interés del Banco Central Ruso, que alcanzan 21%, frenando la inversión en el sector privado.
Se observan dificultades en sectores clave como la automoción y la ingeniería mecánica, que están experimentando una disminución significativa. La construcción y la siderurgia también enfrentan crisis, lo que refleja la complejidad de la situación económica rusa. El fortalecimiento del rublo, que ha ganado alrededor de 40% frente al dólar estadounidense desde principios de año, se atribuye en gran medida a la postura favorable a Rusia del presidente estadounidense, Donald Trump. Vasily Astrov, experto en Rusia, en el Instituto de Estudios Económicos Internacionales de Viena (WIIW), señaló este aspecto en una entrevista con DW.
Las sanciones bancarias han afectado duramente a Rusia. En noviembre de 2024, Estados Unidos endureció las sanciones contra el banco ruso Gazprom, excluyéndolo del sistema bancario estadounidense y congelando sus activos en el país. Estas medidas se produjeron tras la publicación de un proyecto de ley bipartidista que buscaba imponer aranceles secundarios a cualquier país que compre petróleo, gas, uranio u otros productos rusos. Esto generaría presión sobre China e India, los principales socios comerciales de Rusia, quienes absorben más de la mitad de las exportaciones totales de petróleo de Rusia.
Las sanciones secundarias se refieren a medidas contra terceros países, empresas o particulares que continúan haciendo negocios con Rusia. Esta estrategia busca limitar el acceso de Rusia a los mercados internacionales y afectar su capacidad para financiar su actividad militar. Lindsey Graham, senador republicano y cercano asesor de Trump, respondió a los comentarios del presidente estadounidense sobre la necesidad de "tratar con Vladimir Putin de otra manera" proponiendo ampliar las sanciones a los países que importan productos energéticos rusos. Esta postura indica una posible intensificación de la presión sobre Rusia a través de medidas económicas.
Sin embargo, es difícil predecir el impacto preciso que tendrían las sanciones secundarias en los socios de Rusia. De acuerdo con investigaciones recientes, los bancos rusos han desarrollado un sistema alternativo para procesar transacciones de pago con China y evitar las sanciones occidentales, lo que podría atenuar el efecto de estas medidas. A pesar del intento de resistencia económica, la situación actual apunta hacia un crecimiento lento en el futuro cercano. Las sanciones internacionales, la presión sobre sus socios comerciales y las dificultades internas afectan la capacidad de Rusia para mantener una economía próspera a largo plazo.