Aún con desafíos, avanza inclusión financiera en México
La digitalización y las Fintech impulsan la inclusión financiera en México, con 60% de la población adulta con cuentas digitales; persisten desafíos para mujeres, jóvenes y zonas rurales.

El sistema financiero mexicano se encuentra en un proceso de transformación, impulsado por la digitalización de las operaciones y el auge de las empresas Fintech. Este escenario ha redefinido la vida diaria de millones de mexicanos, con el objetivo de cerrar la histórica brecha de acceso a los servicios y productos financieros. Sin embargo, no estamos realmente en la antesala de una inclusión financiera total.
El sector Fintech en México está transitando de una etapa de promesa a consolidarse como uno de los motores más dinámicos de la economía digital en Latinoamérica. Cifras de Galileo Financial Technologies (Galileo) revelan que en 2024 operaban en nuestro país más de 1,000 proveedores de esta industria, 803 nacionales, un ecosistema que diversifica la oferta y eleva la calidad de los servicios financieros disponibles.
Este crecimiento no se refleja únicamente en el número de competidores, sino en una madurez financiera que muestra que los ingresos del sector aumentaron 31%, señal de una clara transición hacia la rentabilidad y la consolidación. Esta confianza del mercado se materializó en la captación de 865 millones de pesos en capital de riesgo, lo que representó 74% de toda la inversión de este tipo en México durante 2024.
Dichos recursos han sido de vital importancia para incrementar las operaciones, innovar en productos y servicios, así como para alcanzar segmentos de la población tradicionalmente excluidos por la banca tradicional. La tecnología móvil se ha convertido en la piedra angular de esta revolución, ya que seis de cada 10 mexicanos poseen hoy una cuenta digital.
Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, el uso de teléfonos inteligentes, presente en 83% de la población, se ha convertido en la principal puerta de acceso a las herramientas financieras. El crecimiento del acceso a los servicios financieros ha sido notable, impulsado por la digitalización y los programas gubernamentales. El acceso a cuentas formales ha aumentado 13.9% desde 2021.
Desafíos en inclusión financiera
Es importante reconocer que la inclusión financiera aún no es homogénea. Las mujeres, especialmente las que viven en comunidades indígenas, los jóvenes y la población en zonas rurales enfrentan el mayor rezago. La brecha de acceso entre hombres y mujeres indígenas, por ejemplo, supera 15%. En las áreas rurales, donde sólo 72% posee un teléfono inteligente y menos de la mitad tiene acceso a internet, la promesa digital encuentra sus límites más evidentes.
La Inteligencia Artificial (IA) se erige como un pilar fundamental del sector Fintech mexicano. Al utilizarse para predecir el comportamiento del usuario, prevenir fraudes y personalizar servicios, esta tecnología se ha vuelto crucial para atender a segmentos con historiales crediticios limitados o nulos, acelerando así su inclusión financiera. La educación financiera tradicional y, sobre todo, la digital serán el eslabón que convertirá la oportunidad en una realidad sostenible.
La confianza y el uso efectivo de los servicios financieros dependen de que los usuarios comprendan tanto los beneficios como los riesgos de las nuevas herramientas a su disposición. Es imperativo que la regulación gubernamental, la inversión privada focalizada y, sobre todo, la educación financiera de la población avance al mismo tiempo y en el mismo sentido.
La verdadera tarea pendiente es construir un ecosistema donde la innovación sirva como un puente, garantizando que nadie se quede fuera de esta revolución financiera. Las proyecciones de Galileo estiman que más de 70% de la población adulta tendrá acceso a servicios financieros formales para 2025. Esta cifra es un reflejo del progreso alcanzado, pero aún queda camino por recorrer para lograr una inclusión financiera total y equitativa en México.
A medida que la tecnología continúa evolucionando y los productos financieros se vuelven más sofisticados, la educación financiera cobra cada vez más importancia. Es esencial que los usuarios comprendan cómo funcionan los servicios financieros, qué riesgos están asumiendo y cómo pueden tomar decisiones informadas para alcanzar sus objetivos financieros.
La educación financiera también juega un papel fundamental en la reducción de la brecha de inclusión financiera. Al empoderar a las personas con el conocimiento y las habilidades necesarias para gestionar su dinero de manera responsable, se les brinda las herramientas para participar plenamente en la economía y mejorar su bienestar financiero.