No puede descartarse una recesión económica en México
A pesar de un crecimiento trimestral del PIB, indicadores económicos sugieren una posible recesión en México, caracterizada por disminución, duración y difusión de la actividad económica.

El panorama económico mexicano se tiñe de incertidumbre, con indicadores que sugieren una recesión económica. Si bien el crecimiento trimestral del Producto Interno Bruto (PIB) fue del 0.2% según estimaciones preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la tendencia a la baja en diversos sectores enciende las alarmas sobre el futuro inmediato.
Esta semana, la economía del país esquivó una recesión técnica durante el primer trimestre de 2025, tras haber caído 0.6% en el último trimestre de 2024. Este ligero avance sorprendió a los analistas, quienes en su mayoría esperaban un crecimiento nulo o incluso una nueva contracción para el periodo. De haberse confirmado una caída, México habría entrado en recesión técnica, que ocurre cuando el PIB se reduce durante dos trimestres consecutivos.
El desempeño de la economía fue impulsado principalmente por el sector primario -agricultura, pesca y minería-, que repuntó 8.1%, su mejor resultado desde 2011, luego de una fuerte caída en el trimestre anterior; pero este crecimiento fue contrastado por la caída de 0.3% en las actividades secundarias, lideradas por la manufactura, y por el estancamiento del sector terciario, que incluye los servicios.
Definir una recesión se complica al no existir un consenso único. Mientras que algunos expertos argumentan que dos caídas trimestrales consecutivas en el PIB marcan este escenario, otros advierten que es necesario un análisis más profundo que considere la profundidad, duración y difusión de la disminución en la actividad económica. El Comité de Fechado de los Ciclos de la Economía (CFCEM) establece los periodos de recesión y expansión.
Este comité considera tres criterios clave: profundidad, duración y difusión para caracterizar una recesión. Si bien este comité aún no ha emitido una declaración oficial, los indicadores económicos apuntan hacia una posible situación de recesión económica. Sin embargo, este proceso requiere tiempo y la recolección de suficiente información antes de poder fechar un cambio en un ciclo económico.
Los indicadores muestran una realidad ineludible
El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), que se asemeja a un PIB mensual, alcanzó su punto máximo en octubre de 2023 y ha estado descendiendo desde entonces. El número de asegurados permanentes en el IMSS también muestra una tendencia a la baja, y las importaciones totales, reflejo de la demanda interna, han caído por debajo de los 100 puntos desde octubre de 2023.
La actividad industrial también presenta una tendencia negativa, confirmando que no se trata de un fenómeno aislado. El indicador coincidente del Inegi, diseñado para reflejar el ciclo económico, alcanzó su máximo en julio de 2023 y ha estado disminuyendo mes con mes. Estos indicadores, junto con la tendencia a la baja en diversos sectores, apuntan claramente hacia una posible recesión económica.
La posibilidad de una recesión económica presenta un desafío considerable para México. La disminución en la actividad económica puede llevar a una pérdida empleos y afectar el bienestar de millones de personas. Es crucial que las autoridades implementen medidas para mitigar los efectos negativos de esta situación, promoviendo la inversión, creando oportunidades laborales y protegiendo a los sectores más vulnerables.
En este contexto, es fundamental analizar las causas de la posible recesión y desarrollar estrategias a largo plazo para fortalecer la economía mexicana. La diversificación económica, la innovación tecnológica y la atracción de Inversión Extranjera Directa son algunos factores clave para garantizar un crecimiento sostenible y resiliente en el futuro. Lo anterior en caso de que en el segundo trimestre de 2025 el PIB vaya a la alza y no a la baja.