Con las medusas, el futuro renovable estaría en el mar
Organismos como las medusas podrían ser la clave para una energía renovable en el futuro, utilizando procesos biológicos como la GFP para generar electricidad a partir de luz ultravioleta.

En un mundo en constante búsqueda de soluciones sostenibles para satisfacer la creciente demanda energética, la ciencia se aventura a explorar nuevos horizontes. La transición hacia las energías renovables se ha convertido en una prioridad global, y en este contexto, los organismos vivos más antiguos del planeta ofrecen una pista fascinante.
Las medusas serían la clave para desbloquear un futuro energético más limpio y eficiente, dejando un poco de lado fuentes como la solar, eólica y geotérmica. Una especie que ha llamado la atención de los científicos es la Aequorea victoria, capaz de brillar gracias a una proteína verde fluorescente llamada GFP.
Esta capacidad lumínica podría convertirse en una fuente de energía renovable y limpia para el futuro. Un equipo de investigadores de la Universidad Tecnológica de Chalmers, en Suecia, descubrió que al exponer la proteína GFP a la luz ultravioleta, libera electrones que pueden generar electricidad al pasar por un circuito.
El potencial energético de los organismos vivos no se limita solo a la GFP. Muchos de estos seres usan un proceso natural basado en la simbiosis con algas microscópicas llamadas zooxantelas. Estas algas, ubicadas en los tentáculos de las medusas, realizan la fotosíntesis, proporcionando oxígeno y nutrientes a su huésped para que pueda brillar en la oscuridad.
Este sistema natural ha inspirado a los científicos a crear un sistema experimental llamado "biosolar", que busca capturar energía solar a través de sistemas biológicos. El desarrollo de esta tecnología aún se encuentra en sus primeras etapas, pero su potencial es enorme.
La capacidad de utilizar organismos vivos para generar energía limpia podría transformar la forma en que las personas producen y consumen energía, reduciendo la dependencia de los recursos no orgánicos y mitigando el impacto ambiental de las actividades energéticas, toda vez que la transición hacia un futuro sostenible requiere innovación y creatividad.
La investigación sobre el potencial energético de los organismos vivos representa una oportunidad única para desarrollar tecnologías limpias, renovables y respetuosas con el medio ambiente. En lugar de considerarlos como simples criaturas marinas, se puede apreciar su valor intrínseco y su potencial para contribuir al bienestar del planeta.