Impacto del gobierno en la economía y la pérdida de capital humano en España
El crecimiento económico español es insostenible, con un sector productivo debilitado y fuga de capital humano hacia el extranjero.

El discurso que el gobierno de España ha mantenido con respecto a la economía parece no reflejar la realidad. Aunque los datos económicos pueden sugerir que todo va bien, este optimismo superficial oculta una situación preocupante, donde el sector productivo privado se encuentra en retroceso debido al crecimiento desmedido del sector público.
Este fenómeno ha llevado a un aumento del gasto público de manera insostenible, afectando gravemente la salud estructural de la economía, menciona el profesor de finanzas, economista y analista, José María Rotellar, en una columna en ok diairo. Añade que el análisis profundo de los datos de la contabilidad nacional trimestral del IITR-2024 revela dos aspectos significativos.
En la superficie, la economía aparenta avanzar con firmeza, pero al examinar la composición de este crecimiento, se hace evidente que no es saludable. Este crecimiento depende en gran medida del gasto público, que resulta insostenible a largo plazo, y del sector exterior, cuyo nivel de contribución al crecimiento no puede ser mantenido indefinidamente.
Mientras tanto, el sector productivo se encuentra cada vez más desplazado por el sector público, lo que compromete el crecimiento potencial de la economía española a medio y largo plazo, dice el analista.
El espejismo del crecimiento económico
Este aparente crecimiento se ve complementado por una constante revisión al alza de los datos económicos, lo que crea un espejismo sobre la salud real de la economía española. La estructura económica se encuentra anquilosada, lo que ha llevado a una pérdida continua de productividad y competitividad.
En lugar de evolucionar hacia una economía más productiva, enfocada en productos y servicios de alto valor añadido, "estamos retrocediendo hacia una economía de bajo valor añadido", con un aumento de subsidios y una notable pérdida de capacitación profesional, debilitando aún más la posición del país en el competitivo escenario internacional.
El impacto en el mercado laboral
Esta situación ha generado flujos migratorios en el ámbito laboral en ambas direcciones. Por un lado, "estamos recibiendo trabajadores extranjeros", cada vez más, para desempeñar empleos de escasa cualificación, que no son asumidos por los españoles.
Esta creciente demanda de trabajo poco cualificado surge como consecuencia del desarrollo de ramas de actividad de bajo valor añadido, lo que, a su vez, implica que la economía española está perdiendo posiciones frente al exterior.
Por otro lado, un tercio de los emigrantes españoles son jóvenes, y muchos de ellos son altamente cualificados. La fuga de talentos representa un grave problema, ya que estas personas buscan oportunidades profesionales más acordes a su capacitación en otros países, dejando a España rezagada en términos de productividad, competitividad y prosperidad en comparación con la media de la eurozona.
Una política económica equivocada
Todo lo anterior es el resultado de una política económica errónea, que ha fomentado una dependencia del Estado a través de gastos significativos e impuestos agobiantes que impactan negativamente en la productividad y competitividad, sostiene Rotellar.
Esta situación ahuyenta inversiones y deteriora la calidad de la educación, lo que a su vez provoca una disminución del peso de las actividades de alto valor añadido en la economía española, contribuyendo a su empobrecimiento estructural.
Este modelo de crecimiento artificial, que no refleja la evolución real de la economía, oculta un deterioro en la actividad productiva privada, que es sustituida por un aumento acelerado del gasto público, lo cual, a su vez, está destinado a disminuir debido a la obligación de cumplir con las reglas fiscales.
"Estamos en peligro de transformar una economía dinámica en una economía sumida en la dependencia de subsidios y caracterizada por un bajo valor añadido, lo que genera fuertes desequilibrios estructurales. Además, la fuga de talento humano hacia el extranjero representa una pérdida significativa de capital humano, socavando el potencial de desarrollo del país".
¿Hacia dónde vamos?
Este panorama plantea interrogantes cruciales sobre el rumbo que seguirá la economía española en los próximos años. Es imperativo que se replantee la política económica, priorizando un enfoque que fomente la generación de valor, la productividad y la competitividad en lugar de depender de ayudas estatales.
La retención y atracción de talento humano altamente cualificado debe convertirse en una prioridad, así como la promoción de sectores productivos con alto valor añadido, que contribuirán al desarrollo sostenible de la economía, afirma el experto.