Falta de institucionalización amenaza continuidad de empresas familiares
La falta de institucionalización y procesos de sucesión ponen en riesgo a las empresas familiares, siendo la gobernanza corporativa clave para su competitividad.

El panorama actual de las empresas familiares presenta desafíos significativos que ponen en riesgo su continuidad y éxito a largo plazo. A pesar de mostrar un buen desempeño financiero, la falta de institucionalización y la presencia de conflictos internos pueden afectar gravemente su operatividad.
Un aspecto crucial para la solidez de las empresas familiares es la implementación de estructuras institucionales robustas. Esta institucionalización se refiere a la formalización de procesos, roles y responsabilidades dentro de la empresa, asegurando que no dependa únicamente de una o pocas personas.
El informe Nivel de progreso de las Empresas Familiares para lograr su continuidad y armonía de CIFEM y BBVA, destaca la importancia de establecer órganos de gobierno como asambleas de accionistas o consejos de administración, pero solo 5% de las empresas familiares cuenta con estas estructuras, lo que las coloca en un riesgo inminente.
Si bien 78% de las empresas familiares reporta crecimiento en ventas y 74% en patrimonio, la falta de procesos claros para la entrada, evaluación y retiro de colaboradores, especialmente de miembros familiares, puede afectar negativamente su desempeño financiero a futuro.
Además, la confusión entre el rol de propietario y director, presente en 56% de las empresas, dificulta la toma de decisiones basadas en criterios profesionales. Otro desafío crucial son los conflictos internos que pueden surgir dentro de las familias empresarias.
El 59% de las empresas manifiesta tener conflictos no resueltos, evitando o posponiendo su abordaje, lo que afecta la operación del negocio. Es fundamental que las familias aprendan a gestionar y resolver los desacuerdos de manera proactiva para evitar un impacto negativo en el desempeño financiero y la estabilidad de la empresa.
El proceso de sucesión: una tarea pendiente
La falta de procesos de sucesión es un problema crítico para las empresas familiares. El 53% se encuentra en riesgo inminente debido a la ausencia de políticas claras para la transición del mando. A pesar de una ligera mejora en los últimos años, el porcentaje sigue siendo preocupante.
El paso de la primera a la segunda generación representa un punto clave en la historia de muchas empresas familiares, pero también uno donde se presentan mayores tropiezos. De seis empresas de primera generación, solo dos llegan a la segunda y de estas solo una a la tercera generación.
Implementar prácticas de Gobierno Corporativo, establecer consejos de administración funcionales y desarrollar procesos de sucesión son elementos fundamentales para fortalecer la competitividad de las empresas familiares en el mercado actual.
La profesionalización de estas áreas permite reducir los riesgos inherentes a la estructura familiar y garantiza una gestión más eficiente y sostenible. A pesar de los desafíos que enfrentan, las empresas familiares tienen un gran potencial para el éxito a largo plazo.
Es importante recordar que la institucionalización no solo se trata de establecer estructuras formales, sino también de crear una cultura empresarial basada en la transparencia, la responsabilidad y la ética. Este enfoque integral permitirá a las empresas familiares alcanzar un mayor nivel de desarrollo y sostenibilidad en el tiempo.