Energías renovables impulsan 23.32% matriz eléctrica dominicana

República Dominicana avanza en la adopción de energías renovables con 23.32% de su capacidad instalada, impulsando una transición energética hacia un futuro más sostenible.

República Dominicana ha experimentado un avance sin precedentes en su matriz energética durante los últimos cuatro años, posicionándose como uno de los líderes regionales en la adopción de energías renovables; este esfuerzo involucra al sector público, privado y a la sociedad civil.


Al cierre de 2024, la capacidad instalada de generación renovable en el país, que incluye solar, eólica y biomasa, alcanzó los 1,396 MW, representando 23.32% de la capacidad total. Esta cifra refleja un crecimiento de 137% en comparación con 2020, cuando las energías verdes apenas aportaban 588 MW o 11.94%.


Pero el progreso no se limita a las grandes plantas generadoras. El autoconsumo ha ganado terreno de manera significativa, con más de 460 MW instalados en techos residenciales, comerciales e industriales, una muestra de cómo la descentralización energética está transformando el panorama dominicano.


La transición energética en el país avanza debido a una visión de desarrollo del gobierno, que prepara la resentación del Plan Energético Nacional 2025-2038, la tercera versión de una hoja de ruta diseñada para acelerar la adopción de energías limpias y reducir la dependencia de los combustibles fósiles.


Uno de los factores clave en este crecimiento ha sido la entrada masiva de capital privado. Solo en 2023, el sector energético dominicano recibió 1,070 millones de dólares (mdd) en inversiones, un flujo de recursos que ha permitido financiar nuevos proyectos y modernizar la infraestructura existente.


En vías de afianzar la transición energética

Iniciativas regionales como Renovables para Latinoamérica y el Caribe (Relac), una alianza creada en 2019 durante la Cumbre de Acción Climática de la ONU, que busca alcanzar una penetración del 30% de energías renovables para 2030, facilita el intercambio de conocimiento y abren las puertas al financiamiento y tecnologías innovadoras.


La cooperación internacional es fundamental para superar barreras tecnológicas y financieras, asegurando que la transición energética sea rápida, equitativa y sostenible. Pero a pesar de los avances, República Dominicana enfrenta retos significativos para consolidar su transición energética.


Uno es el fortalecimiento de la red de transmisión, que debe adaptarse para manejar el creciente flujo de energía intermitente proveniente de fuentes renovables. Otro punto crítico es la electrificación de zonas rurales y aisladas, donde las redes convencionales no llegan. Las soluciones descentralizadas, como microrredes y sistemas fotovoltaicos autónomos, son claves para garantizar acceso universal a la energía.


Además, el país debe avanzar en la regulación del almacenamiento energético, un componente esencial para maximizar el aprovechamiento de las renovables y garantizar estabilidad en el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI). El gas natural, aunque considerado un combustible de transición, sigue siendo parte de la estrategia para reducir el uso de derivados del petróleo.


Sin embargo, el objetivo a largo plazo es minimizar su participación en favor de alternativas más limpias. República Dominicana, con una capacidad renovable que supera 23% de su matriz, inversiones millonarias y un marco legal favorable, se perfila como un referente en la región.

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