Investigadores revolucionan renovables con nuevos materiales de producción
Dos investigadores argentinos desarrollan tecnologías innovadoras para energías renovables, como paneles solares más accesibles y producción de hidrógeno verde, con impacto global en la transición energética.

En un mundo donde la búsqueda de soluciones para la crisis climática cobra cada vez más relevancia, Argentina se posiciona como un actor clave en el desarrollo de nuevas tecnologías. Tucumán, en particular, se erige como un semillero de innovación científica, albergando a investigadores que están revolucionando el campo de las energías renovables.
Dos jóvenes científicos del Instituto de Química del Noroeste Argentino (Inquinoa), Laura Castaño y Federico Tomás, han sido reconocidos por sus valiosos aportes al desarrollo de energías limpias en el 24 Congreso Argentino de Físicoquímica y Química Inorgánica. Este encuentro reunió a los principales referentes del sector, marcando un hito en la trayectoria de estos investigadores que están dando forma al futuro energético del país.
La investigación llevada a cabo por Tomás se centra en el desarrollo de materiales alternativos para la producción de energía solar. El objetivo es reemplazar los elementos raros y costosos, como el rutenio, por materiales más abundantes y accesibles. Esta innovación tiene el potencial de reducir significativamente los costos de producción de paneles solares, haciendo que esta tecnología sea más asequible para países en desarrollo como Argentina. Esta apuesta por la democratización de la energía solar representa un avance crucial hacia un futuro más sostenible.
Por su parte, Castaño, investigadora colombiana radicada en Tucumán, ha sido reconocida por su trabajo en el desarrollo de catalizadores para producir hidrógeno verde. Este combustible renovable, que solo emite vapor de agua al utilizarse, se considera la gran esperanza para reemplazar al gas y el petróleo en industrias críticas. El hidrógeno verde tiene un amplio potencial de aplicación, desde fábricas hasta el transporte pesado, ofreciendo una alternativa real a los combustibles contaminantes. Castaño trabaja en el desarrollo de compuestos basados en rutenio que aceleran las reacciones necesarias para producir hidrógeno a partir de fuentes limpias. Esta investigación, si se aplicara a gran escala, podría tener un impacto ambiental significativo.
Los logros de Castaño y Tomás son un ejemplo claro del potencial de la ciencia argentina para resolver desafíos globales. Sus investigaciones no solo contribuyen al desarrollo de tecnologías innovadoras en el campo de las energías renovables, sino que también generan un impacto positivo en el medio ambiente y en la economía del país. El Inquinoa, dependiente de la UNT y el CONICET, se posiciona como un referente en investigación científica con proyección internacional.