Paneles solares en el desierto, beneficios ecológicos significativos
Un estudio confirma que cubrir el desierto con paneles solares mejora el microclima, las propiedades del suelo y la diversidad de comunidades vegetales y microbianas.

Un estudio reciente realizado por Universidad Tecnológica de Xi'an, en China, revela que la instalación de paneles solares en el desierto podría tener un impacto positivo en el medio ambiente, mejorando el microclima de la región, las propiedades del suelo y la diversidad de la flora y fauna.
Los investigadores emplearon el modelo Conducción-Presión-Estado-Impacto-Respuesta (DPSIR) para evaluar los efectos ecológicos y ambientales de estas instalaciones en el desierto, analizando 57 indicadores y aplicando el método de la entropía para ponderar su relevancia.
Los resultados mostraron que el desarrollo fotovoltaico ha inducido efectos positivos, especialmente en el microclima, las características del suelo y la biodiversidad, lo que respalda la viabilidad ambiental de los parques solares en zonas desérticas.
Impacto en el patrón climático global
No obstante, esta investigación contrasta con otro estudio publicado en la revista Communications Earth & Environment, que advierte sobre las posibles consecuencias irreversibles de los parques solares en el desierto del Sáhara, en África, sugiriendo que su despliegue masivo podría alterar el patrón climático del planeta.
Es decir, la instalación de paneles solares, al absorber más calor que la arena del desierto, podría desplazar las precipitaciones fuera de los trópicos e impactar en el clima global, afectando diversas regiones.
Las simulaciones indican que esta instalación solar en el Sáhara reduciría las horas de sol en el norte de África, el sur de Europa, Oriente Medio, la India, el este de China, Japón, Australia oriental y el suroeste de Estados Unidos, transformando muchos paisajes áridos en zonas más húmedas.
Además, el estudio sugiere que áreas como Escandinavia, el centro y el este de Estados Unidos, América del Sur, América Central, el Caribe o Sudáfrica podrían experimentar un aumento en la cantidad de luz que reciben, alterando sus condiciones meteorológicas y, potencialmente, incrementando las temperaturas en estas regiones.
Estas proyecciones plantean interrogantes sobre el equilibrio entre la generación de energía solar y sus posibles repercusiones en el clima global y regional.